martes, diciembre 28, 2021

No Santa Clauses, Patrik Fitzgerald, 1978

Después del gran incendio de Londres en 1666, se hizo importante asegurarse de que las chimeneas se mantuvieran limpias y despejadas. Al ser estrechos se decidió que la mejor forma de limpiarlos era utilizando niños. La práctica se detuvo por primera vez en 1875, después de la muerte de un deshollinador de 12 años llamado George Brewster. 

Ningún Santa Claus bajará por la chimenea este año. Sólo quedan los espíritus de los niños que murieron allá arriba barriéndolos hace tantos años. Caras mirando desde pinturas en las paredes. Pasos caminando por pasillos lejanos. Ellos son parientes vigilando lo que alguna vez fue suyo. Niños desaliñados con ropa de aspecto rudo pasan desapercibidos. Cada puerta se cierra de golpe. Ninguna madre anima a los niños a creer en Poltergeists en su propia casa...