Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No se la mata cuando se mata el cuerpo.
El Bhagavad-gita
Es una de las creencias mas viejas del mundo. Los hombres de las cavernas enterraban a los muertos en la posición fetal para que pudieran nacer de nuevo y los griegos creían en la transmigración de las almas, igual que los celtas y los egipcios.
La creencia en la reencarnación ha sido compartida por una amplia variedad de pueblos, incluidos los antiguos egipcios y griegos y los aborígenes de Australia central. Las ideas más complejas e influyentes sobre la reencarnación se encuentran en las religiones asiáticas, particularmente en el hinduismo y el budismo.
Los tibeteanos creen que vivir es sufrir y que morir es nacer de nuevo para volver a sufrir, inspirados en el budismo. A esta región han incorporado también aspectos de una creencia asi misma llamada bon. Asi el budismo tibeteano llegó a incluir complejos rituales y ceremonias. Su Rueda del Devenir, ilustra con claridad el ciclo de muertes y renacimientos.
Los grupos culturales que creen en la reencarnación tienen ideas diferentes sobre la forma en que se lleva a cabo. Algunos dicen que las almas humanas provienen de una fuente general de energía dadora de vida. Otros afirman que individuos particulares renacen repetidamente o vuelven a la vida en sus descendientes.
La idea del que el alma humana sobrevive a la muerte para reencarnarse en otro cuerpo es un concepto oriental. Sin embargo, esta creencia también tiene raíces occidentales. Los primeros padres de la Iglesia Católica sostenían la doctrina de la preexistencia del alma, afirmando que esta encarnaba en sucesivos cuerpos. Durante el Concilio de Constantinopla de 1553 se declaró oficialmente herética esta doctrina. Desde entonces, se acepta la existencia de un alma espiritual inmortal que, tras la muerte del cuerpo, puede pasar al cielo siendo glorificada o ser condenada al infierno.
En Australia, la mayoría de los aborígenes creen que las almas humanas provienen de espíritus dejados atrás por seres ancestrales que vagaron por la tierra durante un período mítico llamado Dreamtime. El nacimiento de un niño es causado por un espíritu ancestral que entra en el cuerpo de una mujer. El espíritu espera en un lugar sagrado a que pase la mujer. Después de la muerte, el espíritu de la persona vuelve a los poderes ancestrales.