domingo, enero 30, 2022

Los vadoma, la tribu africana con los pies de avestruz

Los Vadoma son una tribu que viven en el norte de Zimbabwe. Hablan un dialecto de la lengua dominante Shona de Zimbabwe


En el país sudafricano Zimbabwe, entre impresionantes cataratas, bosques, sabanas arbóreas, selvas tropicales, ríos, lagos y montañas, se encuentra el valle de Zambeze, un hermoso lugar donde habita la tribu de los Vadoma.

Este pueblo es conocido porque muchos de sus lugareños presentan una malformación en sus pies, asemejándose estos, a la garras de un avestruz.

Esta malformación es la manifestación de una alteración genética en el cromosoma 7, llamada ectrodactilia. Los que la padecen únicamente presentan en los pies, dos dedos, ya que sus tres dedos centrales desaparecen, con lo que adquieren la forma de un pié de avestruz.
Sus pies son similares al avestruz

Esta alteración también se puede manifestar en las manos, que asumen una forma muy semejante a las pinzas de una langosta. Además, muchas de las personas que padecen de ectrodactilia también presentan problemas de audición

Este trastorno no es exclusivo de los Vadoma, en realidad lo padecen personas de todo el mundo, aunque en este valle es mucho más frecuente, seguramente, por las condiciones de aislamiento en las que viven sus habitantes, que limitan la variabilidad genética de estos.

Esta malformación también es relativamente frecuente entre los miembros de la tribu Talaunda, presente en Zimbabue y Bostwana, de hecho se cree que, ambas tribus, tienen antepasados comunes.

Este trastorno genético fue documentado por primera vez en 1770 por Jan Jacob Hartsinck, director de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, tras observarlo en esclavos importados desde de África central a la Guayana Holandesa.

Llegados ya los años 60 eran muchas las revistas y los fotógrafos que se adentraban en las inhóspitas tierras norteñas de Zimbabue para ver en persona a la tribu Vadoma, y posteriormente, enseñarlos al mundo a través de múltiples reportajes.

Aunque una malformación es considerada siempre como una limitación, los que la padecen, al menos en este valle, están perfectamente integrados en su comunidad. De hecho, más allá de lo estético, los dos dedos deformados les permiten escalar árboles con destreza y a gran velocidad.

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