sábado, octubre 22, 2022

Muertes trágicas de actores y actrices del cine de oro Mexicano PARTE 3

El accidente fatídico de Pedro Infante


Fue uno de los galanes de la Época de Oro del cine mexicano, pero un terrible accidente aéreo acabó con su vida. Los restos de Pedro Infante no pudieron ser vistos por el público. Había quedado desfigurado.

La tragedia que arrebató a la gente a su ídolo ocurrió el 15 de abril de 1957. En la cúspide de su carrera, Infante abordó en el aeropuerto de Mérida Yucatán, México un avión carguero.

Víctor Manuel Vidal Lorca era el piloto. El actor viajaba como copiloto y Marciano Bautista era el mecánico.

Infante, un aficionado de la aviación con casi tres mil horas de vuelo, ya había tenido dos accidentes. Uno en Guasave Sinaloa, cuando chocó contra un campo de maíz. Ese incidente le dejó una cicatriz en la barbilla.
El otro aviso llegó en Michoacán, cuando su nave se desplomó y a raíz del suceso le tuvieron que colocar una placa de titanio en el cráneo.

La pasión de Infante por los aviones no terminó ahí. El 15 de abril de 1957 subió a un Consolidated B-24 Liberator, matrícula XA KUN.

Apenas habían pasado unos minutos del despegue (entre las 7:30 y las 8 horas). La nave había alcanzado ya los 20 metros de altura cuando se desplomó en el patio de una casa en Mérida. Una mujer que lavaba ropa y su hijo fueron otras víctimas de la tragedia.

Fue solo el inicio de una larga jornada de dolor para los seguidores de Infante. En su sepelio hubo desmayos, golpes, crisis nerviosas. Varias ambulancias tuvieron que ser enviadas al Panteón Jardín, donde miles se reunieron para despedir a su ídolo.

Era el hombre que conmovió con su interpretación de "Pepe el Toro" en Nosotros los Pobres, el mismo que hizo reír en Dos Tipos de Cuidado, los 3;huastecos, dicen que soy mujeriego o A Toda Máquina. El actor que interpretó al indio Tizoc, enamorado de la icónica María Félix.

El mismo Pedro Infante nacido en Sinaloa el 18 de noviembre de 1917, que ya desde joven mostró su talento para la música y que veía al cine como algo de respeto.

"Yo nunca me veré en películas. Eso queda para los bonitos, para los elegantes y ricos, para los guapos y famosos, no para mí, que soy un pobre diablo, un cancionerito, para mí eso del cine es como un cuento de hadas, como visitar el país de las maravillas o el mismo cielo", decía Infante según recordó su amigo Carlos Franco Sodja en una entrevista de los años 50.

La vida no fue como él la imaginaba. Infante tocó el cielo en el cine, filmó más de 60 películas en casi dos décadas y se convirtió en una leyenda que aún hoy, a más de 60 años de su muerte, sigue siendo recordada.

Dr. Florian


Pina Pellicer la actriz que se suicidó por soledad

Era una de las más notables actrices de su generación; bella, talentosa, admirada en México y Hollywood, pero nada pudo evitar que buscara el fin por su propia mano.
Son pocas las mexicanas que han pasado por el mundo del cine con una filmografía tan corta y dejado una huella tan honda como es el caso de Pina Pellicer. Solo trabajó en un puñado de cintas, unas cuantas intervenciones en televisión, y mucho teatro... sin embargo, su legado es una leyenda triste y memorable.

Nacida Josefina Yolanda Pellicer López de Llergo en la Ciudad de México, el 3 de abril de 1934, era parte de una dinastía dedicada a las artes: su tío paterno era el gran poeta Carlos Pellicer, y su hermana Pilar, destacada actriz y símbolo sexual de una era. De una sensibilidad exacerbada, con apenas 30 años, Pina dio la espalda a un mundo cuyas mecánicas jamás logró entender, y dejó abiertas dolorosas interrogantes con la decisión de poner fin a su existencia por su propia mano durante la noche del 4 de diciembre de 1964.

En una de las páginas de su diario, la actriz dejó un críptico mensaje, que no estaba fechado: " Seres como yo deberían tener la libertad de morir en el momento en que la tristeza empezara a invadirlos porque, los seres como yo, somos seres débiles, incapaces de decirle no a la tristeza, no a la vida, nos dejamos llevar, nos dejamos morir por la tristeza". Y es esa aura de pesar, que la rodeó en las últimas semanas de su vida, lo que muchos recuerdan de ella.

Una actriz extraordinaria

Más allá de la marca que dejó su repentino e inexplicable deceso, Pina era una extraordinaria actriz, que tan solo en cinco años de intensa carrera, cuando era apenas una veinteañera, protagonizó la única cinta dirigida y actuada por el legendario Marlon Brando (' One-Eyed Jacks', que ganó varios premios en el Festival de San Sebastián en 1961, incluido mejor actuación femenina); fue admirada y requerida por Alfred Hitchcock (apareció en uno de los mejores capítulos de su serie 'La hora de Alfred Hitchcock'), y que, en México, actuó en dos cintas fundamentales del cine nacional: ' Macario' (1960), cinta nominada al Oscar de la Academia a Mejor Película de Lengua Extranjera y el clásico moderno ' Días de otoño' (1962), ambos filmes dirigidos por el enorme Roberto Gavaldón

Marlon Brandon y Pina Pellicer en One-Eyed Jacks

                   Pina Pellicer en Macario 

Tan solo en siete películas intervino Pina Pellicer en su corta y fructífera carrera cinematográfica, pero el empeño y dedicación a ese oficio, dejó huella en su patria y en el extranjero. Con su mezcla de la belleza tórrida de las mujeres del sureste de la República Mexicana y la sofisticación intelectualizada al estilo de Audrey Hepburn, pensaba que era " preferible participar en una película excepcional que en veinte filmes mediocres" y así lo dijo en más de una ocasión.

Por su propia mano.

La última carta que Pina envió en su vida, fue para su íntimo amigo, el entonces actor y despues productor Salomón Laiter, a quien le envió un sobre el 4 de diciembre de 1964. En una hoja azul, perfumada con Arpège (que era su fragancia favorita) redactó sus últimas líneas:

4 Dic. 1964, México.

Querido Chalo: Sé que entenderás perfectamente mi cansancio; ya no tengo fuerzas… Tal vez nunca hubiera llegado a la desilusión total; creo en los seres humanos, creo sobre todo en los que me quieren y siento defraudarlos, pero no puedo más.

Pina.

Salomón recibió la carta el 9 de diciembre; inmediatamente después de darle lectura, pensó que algo malo ocurría. Llamó a Pina y al no obtener respuesta, salió a todas prisa de su departamento, ubicado en la colonia Anzures, rumbo al de Pina, en el 131 de la calle Pachuca, de la colonia Condesa. Ahí acordó encontrarse con Lonka Bécker, la representante y apoderada de Pina, que lo esperaba en la entrada del edificio, muy angustiada.

Las sospechas de Salomón se confirmaron cuando tras de llamar varias veces a la puerta del número 1, en la planta baja, nadie le abrió. No creía que Pina se hubiera ausentado; en ese momento el joven actor imaginó lo que había sucedido, según dijo después. Habló con la portera del edificio, María Cruz González, para saber si su amiga había salido de casa. La respuesta de la mujer le heló la sangre a Lonka y Salomón; desde hacía seis días no veía a la actriz.

Angustiados al saber esto, los amigos de Pina decidieron que la circunstancia obligaba a forzar las cerraduras; lo hicieron y minutos después, descubrieron el cadáver de su amiga en su habitación, En su departamento todo estaba en orden. Un retrato al óleo presidía la sala de estar; en la mirada penetrante quedaba captada su incurable melancolía. En la cama, colocada junto a una amplia ventana, Pina Pellicer parecía estar dormida, vestida con un pijama blanco de dos piezas, como una niña.

El silencio fue roto por el herido grito de dolor de Lonka Bécker, que desde el marco de la puerta de la recámara, lloraba, mientras que Salomón permanecía de pie junto al lecho de Pina; volvió a verla, sin atreverse a tocarla. Cabizbajo, con los ojos arrasados de lágrimas y caminando lentamente salió para llamar por teléfono a la policía.

Viaje sin retorno

En el diario 'La Prensa', con fecha del 11 de diciembre, se informaba que un médico legista dictaminó que Pina había fallecido hacía varios días. En la habitación de Pina la policía encontró tres frascos vacíos; dos de Valium y otro con cápsulas de Nembutal, un poderoso barbitúrico que ya ha sido retirado del mercado . Se supone que la actriz ingirió todas las pastillas que había en dichos frascos. La noticia en los diarios fue comparada con la del suicidio, 11 años antes -en 1955-, de la legendaria y bella Miroslava Stern.

Pina fue sepultada el viernes 11 de diciembre de 1964. Aquellos que la conocieron íntimamente, quienes tuvieron la oportunidad de descifrar en mínima parte su enigmática mirada y de penetrar en su rostro, dejaban entrever su desconcierto y tristeza. Junto con Pilar, estuvieron sus otras hermanas, Ana y Taide, estremecidas por la pérdida. También estuvo su tío Carlos, el célebre poeta, que recién había recibido el Premio Nacional de Literatura y Lingüística. 

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El fatal suicidio de Pedro Armendáriz

Un 18 de junio de 1963 el actor Pedro Armendáriz se suicidó en el área de oncología de un hospital en Los Ángeles, California. Le habían diagnosticado cáncer durante el rodaje de Desde Rusia con amor (From Russia with Love, 1963), pues se había convertido en el primer mexicano en participar en una película de James Bond.

Armendáriz, que era aficionado a las armas de fuego, había metido una pistola de contrabando en el hospital, tras la visita de su esposa e hijos, sacó el arma escondida y se disparó directo al corazón, tenía 51 años. Se había perdido una figura importante del Cine de Oro de México.

La carrera del histrión comenzó en 1935, cuando él tenía 22 primaveras y grabó ‘María Elena’; tal fue su éxito que a partir de ese momento acumuló más de 100 películas.

El famoso actuó con grandes como Dolores del Río, María Félix y Emilio ‘El Indio’ Fernández; además, fue galardonado con 2 Premios Ariel y formó parte de una de las películas de James Bond junto al legendario Sean Connery.

En los años 60 fue diagnosticado con cáncer y, aunque se sometió a tratamiento, desarrolló metástasis y en 1963 su médico le informó que le queda menos de un año de vida.

Al escuchar esas terribles palabras el artista decidió quitarse la vida al darse un disparo en el corazón. Sólo con el paso del tiempo se supo que él no fue el único en desarrollar la enfermedad, sino que el elenco de una ‘película maldita’ corrió con su misma suerte.

Pedro Armendáriz y 150 personas más habrían sido víctimas de una ‘película maldita’

En 1956, cuando ya estaba consolidado su nombre en el medio del entretenimiento, Pedro Armendáriz aceptó participar en el proyecto ‘El conquistador de Mongolia’.

Luego de eso la tragedia llamó a su puerta, pero no fue el único: se estima que hasta 150 personas que participaron en el filme, entre actores y staff, habrían muerto afectados por algún tipo de cáncer.

El mexicano no murió propiamente del padecimiento, pues al escuchar su fatal destino decidió dispararse en el corazón con una de sus armas de colección (y mientras estaba internado en un hospital de California).

“ME DIJO: ‘VE A TRAERME UN SÁNDWICH’ Y LE DIJE QUE SÍ. CUANDO REGRESÉ LO ENCONTRÉ MUERTO. EN EL MERO CORAZÓN LO HIZO”, EXPLICÓ SU VIUDA, DOÑA CARMELITA PARDO, AL RECORDAR EL TRISTE MOMENTO.

La razón por la que ‘El conquistador de Mongolia’ se consideró una ‘película maldita’ fue el número de muertes que acarreó. Hasta 1981 se dio una explicación al respecto.

En ese entonces, la revista People publicó un artículo en donde los hijos de John Wayne, quien también estuvo en la cinta, sospechaban que su padre había estado en contacto con una fuerte radiación.

Y es que el rodaje del filme referido ocurrió en una peligrosa zona del desierto de Utah, donde el gobierno del país vecino había realizado pruebas nucleares con anterioridad.

COMO LA GUERRA FRÍA RECIÉN HABÍA ACABADO, TUVIERON QUE ENCONTRAR UN LUGAR QUE SE ASEMEJARA A LO QUE REQUERÍA LA HISTORIA. EL DIRECTOR ELIGIÓ EL DESIERTO DE UTAH, MUY CERCA DE LA LOCALIDAD DE ST. GEORGE Y A 200 KILÓMETROS DE YUCCA FLAT, EL EMPLAZAMIENTO DE PRUEBAS DE NEVADA DONDE HABÍAN ESTALLADO 11 BOMBAS ATÓMICAS”, SE REFIRIÓ EN LA CUENTA DE YOUTUBE ‘LÍNEA DEL TIEMPO’.

            Pedro Armendáriz y John Wayne

La investigación publicada en People refería que, para inicios de los años 80, de las 220 personas que participaron en la cinta ‘El conquistador de Mongolia’, 91 tenían algún tipo de cáncer y 46 habían fallecido por la misma razón.

Fue así como la vida de Pedro Armendáriz, enorme figura de la época del Cine de Oro mexicano, culminó en medio de la tragedia y tras haber participado en una ‘película maldita’ que se rodó en el momento equivocado.

LINEA DE TIEMPO



Por Pazuzu