domingo, octubre 02, 2022

Películas Malditas

El mago de Oz (1939)


La película: Realizada al alimón por Victor Fleming, Mervin LeRoy y King Vidor, esta adaptación del clásico infantil es uno de los musicales más exitosos de la historia.


Los incidentes: La mayor parte de las desgracias que aquejaron a El mago de Oz durante su rodaje son, más que otra cosa, consecuencias de rodar una película fantástica cuando los efectos especiales eran primitivos, costosos y sobre todo inseguros. Sin ir más lejos, la actriz Margaret Hamilton casi se va al otro barrio por culpa de un incendio en el plató y del maquillaje verde, y tóxico, que llevaba para encarnar a la Bruja del Oeste. El intérprete del Hombre de Hojalata, Buddy Ebsen, también estuvo en peligro de muerte por culpa del polvo de aluminio que usaban para caracterizarle.

Margaret Hamilton se enfermó durante el rodaje por el maquillaje tóxico

Buddy Ebsen, también estuvo en peligro de muerte por culpa del polvo de aluminio que usaban para caracterizarle.

Pero la leyenda más inquietante sobre esta película es otra: según se dice, uno de los actores enanos que encarnaban al pueblo de los Munchkins se suicidó en el set durante el rodaje de una de las escenas (otras versiones de la historia hablan de un técnico), quedando el macabro momento recogido por la cámara. La explicación más 'lógica' del asunto es que en dicho momento de la película se emplearon pájaros cedidos por el zoo de Los Ángeles, y que el movimiento misterioso corresponde a una grulla moviendo las alas. ¿Nos lo creemos?

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Rosemary's Baby (1968)

La película: Escéptico y morboso a partes iguales, Roman Polanski se apuntó a la moda del satanismo implicando a Mia Farrow en un embarazo muy, muy problemático.


Los incidentes: Gran parte del rodaje de La semilla del Diablo transcurrió en el neoyorquino Edificio Dakota, inmueble asociado al satanismo y al mal fario desde que el mago Aleister Crowley lo escogió como su residencia en la ciudad Dejando de lado otros detalles, como el depauperado aspecto de la protagonista (ocasionado, según se dice, por las palizas que le arreaba su entonces marido Frank Sinatra), y que el filme contó con Anton LaVey (maestre de la Iglesia de Satán) en un cameo, la anécdota más extrema atañe al productor William Castle.

Edificio Dakota, inmueble asociado al satanismo

Durante el rodaje de la película, este experto en trucos publicitarios tuvo que ser hospitalizado a causa de un fallo renal grave, y durante sus delirios se le oyó gritar: "¡Por el amor de Dios, Rosemary, suelta el cuchillo!". Castle se recuperó de su dolencia, pero al hacerlo se enteró de que el compositor Kryzstof Komeda, músico habitual en las películas de Polanksi hasta entonces, se hallaba ingresado en el mismo centro a causa de un coágulo cerebral, por cuya causa moriría poco más tarde. Rosemary's Babyfue su último trabajo.

Kryzstof Komeda murió de un coágulo cerebral Rosemary's Baby fué su último trabajo 

¿Queremos más morbo? Pues, por desgracia, lo hay: en Agosto de 1969, la casa de Polanski en Los Ángeles fue asaltada por adeptos de la secta de Charles Manson. Sobre las razones del crimen se ha especulado mucho (que el antiguo dueño de la villa era un productor discográfico con el que Manson había tenido disputas, por ejemplo, o que la familia quería distraer a la policía sobre los crímenes de su ex miembro Bobby Beausoleil), pero lo único cierto son los resultados: cuatro víctimas mortales, entre ellas la actriz Sharon Tate, esposa de Polanski, embarazada de su hijo y que había intervenido como secundaria en Rosemary's Baby. El cineasta polaco se libró por suerte de acabar entre la lista de muertos, ya que aquel día se hallaba en Londres.

Sharon Tate esposa esposa del productor Román Polanski fue asesinada por Charles Manson

                            Charles Manson 

La filmoteca maldita


La campana del infierno (1973)

La película: Uno de los mejores títulos generados por el cine de terror español en los 70 (la primera 'Edad de Oro' del fantastique patrio). Y también uno de los más siniestros...

El incidente: Sólo uno, pero bien gordo. Todavía se especula sobre si el director Claudio Guerín cayó por accidente del campanario de la iglesia de San Martño de Noya, el pueblo de A Coruña donde rodaba el filme, poco antes de que este fuese terminado. Pareja sentimental por entonces de Pilar Miró, Guerín sufrió una lenta y dolorosa agonía, afirmando un rumor apócrifo (y muy, muy morboso) que algunos vecinos del pueblo aplaudieron al ver cómo se desplomaba, creyendo que era un especialista de la película.

Claudio Guerín quiso terminar, aunque solo fuera con cartón piedra, esa segunda torre para que en la película apareciera la iglesia con sus dos campanarios. La película estaba prácticamente terminada. Solo faltaba rodar una escena. Guerín, al parecer, quería emplazar allí la cámara para rodar una toma bastante compleja. Había un pequeño pasadizo con unos quitamiedos. Guerín quiso saltar a un ancho voladizo de la iglesia y al hacerlo, como llevaba chanclas, dio un traspiés y no pudo guardar el equilibrio, desplomándose desde una altura de veinte metros.

El caso es que la iglesia de San Martiño sólo tiene una torre, habiendo quedado la otra inacabada. Y que, según la leyenda local afirma que quien intente completar la obra morirá trágicamente. Justo lo que hizo Guerín, mediante una construcción de cartón piedra. Juan Antonio Bardem, director todoterreno con una maldición personal a cuestas (en este caso, bien mundana: la ludopatía) fue el encargado de terminar la película tras su muerte, a toda prisa y sin que su nombre figurase en los créditos.

La Vida y El Triste Final


La profecía (1976)

La película: Nacida a rebufo de El exorcista, este hit del género de terror nos presentaba a un Anticristo un tanto repelente en la persona del pequeño Damien (Harvey Stephens).


Los incidentes: Para empezar, una coincidencia curiosa: tanto Gregory Peck (actor principal) como el guionista David Seltzer acudieron al rodaje en avión. Pero por separado, en vuelos distintos... Ambos de los cuales fueron alcanzados por un rayo mientras estaban en el aire, librándose por poco de caer a tierra. En otra ocasión, el actor de Matar a un ruiseñor canceló a última hora su billete para coger otro avión, el cual se estrelló falleciendo todos sus pasajeros. Otro susto gordo se lo llevó el director Richard Donner: el hotel de Londres donde se alojaba el cineasta fue víctima de un atentado del IRA Provisional.

Magnus Mefisto

Otro apunte inquietante es que los animales que participaron en la producción se portaron de una forma mucho más violenta de lo usual. Uno de los guardianes del zoo donde se rodó una de las mejores escenas de La profecía (desde que la vimos, no nos acercamos ni en sueños a la jaula de los monos) murió a las garras de un león, y la jauría de perros Rottweiler empleada en otra secuencia atacó a sus cuidadores.

Por Disturbia