domingo, noviembre 06, 2022

El misterio del fantasma de Battersea

Todo empezó con una llave de plata que apareció sobre una cama en la casa de una familia cualquiera en un barrio cualquiera de Londres en 1956.



Fue en Battersea, un vecindario en el sur de la capital británica. El número 63 de Wycliffe Road fue el escenario de una de las historias de fantasmas más extrañas e inquietantes que se conozcan.

Se extendió por un período de 12 años y, en su apogeo, se convirtió en una importante noticia nacional, con titulares de periódicos sobre ruidos extraños, objetos voladores, exorcismos y comunicación fantasmal.

Fue tanto el alboroto que hubo intentos por contactar al poltergeist en la televisión en vivo en horario estelar e incluso fue discutido por el ministro del Interior en la Cámara de los Comunes, la cámara baja del Parlamento.

Al periodista Danny Robbins de la BBC le intrigó la historia, la investigó y acaba de lanzar el podcast "La historia del fantasma de Battersea".

"Esperamos escuchar historias de fantasmas en antiguas casas señoriales o monasterios y castillos en ruinas, pero en un contexto urbano o suburbano los eventos inexplicables se sienten mucho más cercanos. La casa 'encantada' se parece a la nuestra, las personas afectadas no son diferentes a nosotros", afirma el periodista.

Una llave

Battersea está bastante aburguesada ahora, llena de cafeterías y tiendas de moda, pero en 1956 era una zona de clase trabajadora más bien pobre.El número 63 de Wycliffe Road era el hogar de la familia Hitchings.

El papá, Wally, tenía 40 y tantos años, y era un hombre alto y delgado que conducía trenes en el metro de Londres. Su esposa, Kitty, un poco mayor que él, era empleada de oficina.

"El misterio de los ruidos que atormentan a Shirley", dice el titular del diario Daily Mirrow de 1956 con la foto de ella.

Su hija, Shirley, tenía 15 años, estaba a punto de comenzar la escuela de arte y trabajaba a tiempo parcial como costurera en el tienda Selfridges. Fue en ella en quien la extraña actividad en la casa pareció centrarse, y también el interés de los medios.

"La gente piensa que lo que se siente por las apariciones es lo mismo que en una montaña rusa o una película de horror... ¡tonterías!", le dijo Shirley al investigador psíquico Harold Chibbett cuando él se involucró en el caso en marzo de 1956.

"El miedo de verdad es como una enfermedad; te va consumiendo hasta que llega un momento en el que no puedes caminar ni hablar ni siquiera pensar", añadió.

Los otros residentes de la casa eran la madre de Wally, Ethel, un personaje colorido conocido localmente como Old Mother Hitchings y su hijo adoptivo, John, un topógrafo de unos 20 años al que Shirley consideraba un hermano.
El primer indicio de que algo extraño estaba pasando fue una llave que apareció el 27 de enero de ese año en la cama de Shirley, sobre la almohada.

Era una llave que nunca antes habían visto: plateada, adornada, antigua, el tipo de llave que se usaba en casas elegantes, no como la de los Hitchings. Shirley se la llevó a su padre, pero él estaba ocupado ayudando a bañarse a su madre, a quien la artritis crónica la había dejado incapacitada.

Le pidió que la dejara en la repisa de la chimenea para ocuparse de eso más tarde, pero cuando fue a buscarla no estaba. Shirley le aseguró que la había dejado ahí; la encontraron otra vez sobre la almohada. La llave no abría nada en toda la casa.

El incidente probablemente habría sido olvidado de no ser porque esa noche ocurrió algo que cambió sus vidas para siempre.

                    La familia Hitchings

Estruendo

Un estruendo ensordecedor que reverberaba por toda la casa, sacudiendo las paredes y los pisos, los despertó de repente.
El ruido fue tan fuerte que se escuchaba desde la calle y los vecinos se acercaron a quejarse, pensando que Wally estaba martillando o rompiendo las tablas del suelo en medio de la noche.

Fue el comienzo de una pesadilla que llegaría a dominar la vida de la familia.

A la noche siguiente sucedió lo mismo, y nuevamente a la siguiente. Pronto se convirtió en algo cotidiano, no solo de noche, sino también a plena luz del día.

Fachada de la casa de la familia Hitchings

Donald

Los informes de apariciones de fantasmas comúnmente comienzan con ruidos.

"El argumento de algunos teóricos de la parapsicología es que se trata de llamar la atención. Según esa explicación, estaríamos viendo efectivamente un fantasma con una rabieta", le explicó a la BBC Ciaran O'Keefe, profesor de psicología de Bucks New University. La palabra alemana poltergeist significa "fantasma ruidoso" y a menudo se los describe como niños pequeños sobrenaturales que destrozan la casa en un ataque de rabia.

De acuerdo a estos relatos, a los ruidos les siguen objetos que se mueven, como si el supuesto fantasma quisiera mostrar realmente cuánto puede hacer.

"Fue horrendo, no quisiera revivirlo", dijo 65 años más tarde Shirley quien, aunque temerosa de que hablar del fantasma lo conjurara, aceptó rememorar su experiencia para el podcast de la BBC.

Shirley en su habitación, cuando tenía 15 años

"Yo tenía una vida hasta que ocurrió y desde ese momento, hasta que terminó, sólo existí."

"Era como si hubiera una presencia observándote todo el tiempo".

La sentían como una presencia tan fuerte, que los Hitching terminaron poniéndole un nombre —Donald— y desarrollaron una forma de comunicarse con él: le hacían preguntas y él contestaba con golpes, 1 para No y 2 para Sí.

En movimiento

Shirley recuerda que, después de tres semanas con ruidos fuertes, empezaron a moverse algunos objetos.

"Ollas y sartenes que estaban en la estufa salían flotando de la cocina, atravesaban el cuarto, se aceleraban y de repente se venían contra ti... Tenías que esquivarlos. A veces flotaban y de repente se desplomaban, otras, se estrellaban contra las paredes".

"Ver el calzado de mi papá caminando solo fue muy aterrador", recordó Shirley.

"¡Era imposible! A veces se iban al corredor y yo las perseguía... ¿Cómo diablos pasaba eso?"

Y una noche ocurrió algo que convenció hasta a John, el más escéptico de los habitantes de la casa encantada.

Ante los gritos de Shirley, acudieron a su cuarto y la encontraron en la cama con la sábana flotando.

De repente la sábana salió volando y la joven quedó suspendida a 15 centímetros del suelo.

Magia negra

Fue entonces cuando la prensa se enteró y se instaló frente a la casa, y los Hitchings dejaron entrar a dos de los periodistas.

Pronto, un médium psíquico ofrecío a realizar un exorcismo para eliminar a Donald, y la familia, exhausta, aceptó. La sesión fue interrumpida por la policía, que respondía a una denuncia de que se estaba practicando magia negra para conjurar al diablo.

La incursión de las fuerzas de la ley y el orden fue discutida en el Parlamento británico.

Incendios espontáneos, voces incorpóreas

Poco después, lo escalofriante pasó a ser profundamente inquietante: se empezaron a prender fuegos en la casa, uno de ellos grave.

Una noche en octubre, Donald aparentemente los llamó y cuando toda la familia estaba reunida, en medio de murmullos de personas invisibles, oyeron la voz de una mujer llamada Sara, que resultó ser la madre de la abuela.

Ella nunca se recuperó de la impresión y en pocos meses murió.

Cartas del más allá

Eventualmente, la prensa perdió interés en la historia, pero Donald no desapareció de la vida de los Hitchings.

De hecho, encontró otras maneras de comunicarse, con escritos que aparecían en las paredes e incluso en el papel, cual "cartas del fantasma".

El supuesto primer mensaje del fantasma dice: "Shirley yo vengo".

Garabatos en las paredes del número 63 de Wycliffe Road, supuestamente hechos por el poltergeist.

Asimismo, durante la transmisión del podcast, Pam Ashton, quien vivía en la casa de al lado de la de Shirley, se comunicó con la BBC.

"A pesar de que era una niña pequeña, dijo recordar cosas moviéndose, incendios y a su madre contando aterrada como una caja se había elevado sola y permanecido suspendida hasta que cuatro hombres la lograron bajar.

"Yo sé que no fue un engaño. Yo fui testigo. La familia estaba totalmente aterrada".

Aún no se sabe a ciencia cierta qué pasó en 63 Wycliffe Road, a pesar de múltiples teorías, tanto de creyentes como escépticos, expertos y curiosos.

Esta historia extraña y emocionante sigue siendo tan fascinante para quienes creen en fantasmas como para los que no.


Escrito por Pazuzu